sábado, diciembre 24, 2016

Luna de sangre en Voramar, de José Luis Rodríguez Corral

Cortesía de la Editorial Renacimiento y Javi de Ríos, me ha llegado esta corta novela negra, o más bien roja, Luna de sangre en Voramar, de José Luis Rodríguez Corral que me he leído en dos patadas o sesiones.



La novela es una novela poliédrica, que va cambiando de punto de vista según quién sea el personaje que narra la historia. Comienza con una muerte casual y violenta y a partir de ahí se desencadena una peripecia negra, descrita de una manera tensa y oscura. No hay buenos en la historia ni misterio por resolver. No es un policial, sino una novela negra, negra, sobre el crimen y quienes lo frecuentan, un estilo que en España no se trabaja demasiado. Aquí preferimos un detective que intenta averiguar quién mató al señor comendador y las novelas negras duras no son habituales.

Luna de sangre en Voramar entronca con la rica tradición de autores que compaginaban el relato negro con el relato erótico, cambiando las páginas de Playboy e Interviú por las de la editorial Júcar, y yo le veo trazas del Andreu Martín de A martillazos, de mi admirado Julián Ibáñez o de José Luis Muñoz.

Y para ello José Luis Rodríguez del Corral construye una historia con personajes bien trazados, duros y sin escrúpulos, que buscan su beneficio y no se detienen para conseguirlo. Los mezcla en una trama sencilla, añade algunas gotas de sexo y los hace evolucionar durante la narración. Tal vez la única pega que se le pueda poner es que hay pocas páginas para desarrollar las personalidades de los cuatro personajes principales de la novela, que se merecían tal vez un poco más de espacio para evolucionar.

Novela muy disfrutable, en cualquier caso, que recomiendo para los que gusten de la novela negra sin concesiones.

sábado, septiembre 17, 2016

Pinta y colorea

Hace ya bastante tiempo estuve en un restaurante que había llevado hasta sus últimas consecuencias la moda esta de colorear para adultos:



A mí me parece bien porque el Gernika en blanco y negro daba bastante mal rollo y sin en cambio este cuadro te alegra la comida y te llena de esa felicidad que sólo una caja de 24 rotuladores Carioca te puede proporcionar.

domingo, agosto 21, 2016

Canciones que nos jodieron el cerebro: Speedy Gonzales

(Este artículo forma parte de una serie sobre canciones que destruyeron nuestra moralidad iniciada en Canciones que nos jodieron el cerebro: El jardín prohibido)

Speedy Gonzales. De niño era uno de los dibujos que menos me gustaban de la Warner, vamos a decir toda la verdad. Pero me gustaba. Un ratón muy rápido que iba gritando ándale ándale arriba arriba. Era vagamente español para mí, claro. Pero me fastidiaba que fuera una especie de Correcaminos menor. Yo prefería que Silvestre se enfrentara a Piolín en vez de a Speedy.

Pero estoy divagando, porque yo no quería hablar de los dibujos de Speedy, sino de la canción de Speedy Gonzales. Sí, hombre, la que decía Lalalá Speedy Gonzales, guachi guachi guachimore, laaaaaalalalalala.



La canción es del 62, pero la ponían en M-80 cada veintitrés minutos en los bellos años 80. Fue un éxito brutal para Pat Boone, conocido por... bueno, por Speedy Gonzales. No, es broma, el tipo tenía mucho éxito en los 50, lo dice la Wikipedia.

El caso. La canción habla de las andanzas del ratón más rápido de todo México, y usa al legendario Mel Blanc (todos en pie) para ponerle la voz en la canción. Lo que pasa es que lo que cuenta no es lo que te esperas. Resulta que como cantaban en extranjero, de niño yo no sabía lo que contaban. Y tú tampoco, no vayas ahora de guays. Pero ahora SÍ LO SABEMOS. Vamos a ver la letra.

Primero comienza un narrador, que interpreta Pat Boone:

It was a moonlit night in old Mexico. 
I walked alone between some old adobe haciendas. 
Suddenly, I heard the plaintive cry of a young Mexican girl.
Laaa-lalaaaaaaaá...

(Era una noche iluminada por la luna en el viejo México. Caminaba solitario entre algunas casas de adobe. When de repente, oí el quejumbroso grito de una joven mexicana.)

Primera sorpresa. Resulta que el lalalá no lo cantaba Speedy Gonzales, como yo siempre creí, sino una chica. No, no era Massiel. Era una chica que lloraba.

You better come home, Speedy Gonzales
Away from tannery row
Stop all a your a-drinkin'
With that floozy named Flo

(Será mejor que vuelvas a casa, Speedy Gonzales, lejos de la taberna. Deja de beber -darle al frasco- con esa putilla llamada Flo)

¿PERDONAAAAAAA? ¿Putilla? ¿Speedy Gonzales emborrachándose con una golfa? ¿Pero en qué momento esta canción romántica sobre un héroe infantil se ha transformado en la historia de un sinvergüenza?

¡Un momento! Beber, lalalá... Quizá al final la chica que cantaba sí fuera Massiel, tengo que comprobarlo.

Sigue la canción con la mujer o la novia de Speedy quejándose amargamente:

Come on home to your adobe and slap some mud on the wall 
The roof is leakin' like a strainerThere's loads a roaches in the hall 
Speedy Gonzales, why don't cha come home?
Speedy Gonzales, how come ya leave me all alone? 
(Vuelve a casa con tu adobe y echa un poco de barro en la pared. El suelo techo rezuma como un colador y hay montones de cucarachas en el recibidor. Speedy Gonzales, ¿por qué no vuelves a casa? Speedy Gonzales, ¿por qué me dejas sola?)

Toma retrato costumbrista de las casas mexicanas. Parecía una canción alegre y estamos en mitad de un drama victorhuguesco con un tipo que se va de putas mientras su casa se cae a pedazos. Ella quiere que él vuelva a que arregle la casa. Y le apela con nombre y apellidos. Como tu madre cuando te llama para echarte la bronca.

-Speedy Gonzales, ven aquí ahora mismo.
-No, que me das con la zapatilla.

Speedy se defiende con la voz de Mel Blanc:

"Hey, Rosita - I hafta go shopping downtown for my motherShe needs some tortillas and chili peppers."
(Eh, Rosita, tengo que ir a comprar cosas para mi madre. Necesita tortillas y chili)

Razonable. Pero ahora tú y yo sabemos que lo que va a hacer es otra cosa:



Sí, Amparo, hay gente que se dedica a dibujar a Speedy Gonzales tirándose a una ratona. Que por otra parte está bastante buena. En fin. Hay gente para todo. Imagino que Speedy se correrá también muy rápido (patumtssssss).

Os dejo cinco minutos para que busquéis a Bugs Bunny follando, al Pato Lucas follando o a Mickey Mouse follando.

Seguimos. Rosita continua su desgarrada queja:

Your doggy's gonna have a puppy
And we're runnin' outta Coke
No enchiladas in the icebox
And the television's broke
I saw some lipstick on your sweatshirt
I smelled some perfume in your ear
Well if you're gonna keep on messin'
Don't bring your business back a-here
(Tu perro va a tener un cachorro y se nos acaba la Coca. No hay enchiladas en la nevera y la televisión se ha roto. He visto lápiz de labios en tu camisa y he olido perfume en tu oreja. Si vas a seguir por el mismo camino, no vuelvas por aquí)

Después de lo que sabemos de la vida secreta de Speedy Gonzales, que Rosita diga que se le acaba la Coca y que su perro va a tener un cachorro, ¿no os parece sospechoso? Como si fuera un código en el que Coca es coca y el perro va a tener un cachorro significa que ha encontrado comprador para la heroína. No digo que sea; digo que puede ser.

Luego Rosita sigue con sus celos. Que si Speedy huele a fulana, que si tiene la camisa con carmín. Pero bueno, qué le vamos a hacer, los hombres y los ratones son así, de manera que Rosita vuelve a cantar el estribillo para que Speedy vuelva a sus brazos. Y Speedy le contesta:


Mmm, Speedy Gonzales, why don't cha come home? 
Speedy Gonzales, how come ya leave me all alone?
"Hey, Rosita - come quick
Down at the cantina they giving green stamps with tequila!!"
(Speedy Gonzales, ¿por qué no vuelves a casa. Speedy Gonzales, ¿por qué me dejas sola? ¡Rosita, ven rápido! ¡En la cantina dan sellos verdes con el tequila!)

Speedy decide abandonar todo fingimiento y admitir que está bebiendo tequila, pero por una buena causa: conseguir cupones descuento para productos del supermercado. Si de pronto descubrimos que esta canción la ha escrito Donald Trump no nos sorprendería nada. De hecho ahora la pregunta es: ¿por qué Donald Trump no ha elegido esta canción como himno de campaña en vez de esas otras que le han pedido que no ponga en sus mítines?

Speedy Gonzales. Un héroe pequeñito que contaba sólo con su velocidad. Y resulta que según la canción era un borracho y un mujeriego. Luego que si hemos salido raros. 

Qué vergüenza, ¿no?

¡Pues no se vayan todavía, que aún hay más! (ojo no descubramos que este otro ratón también tiene un oscuro secreto: ¿a qué se refería con eso de supervitaminarse?)

El éxito de la canción de Speedy Gonzales hizo que la cantaran en español. El cantante mexicano Manolo Muñoz la interpretó y, como era de esperar:


La voz de la chica mexicana que dice lalalá la hizo él, en falsete (personalmente estoy a favor) y en la letra Speedy bebe, sí, pero porque Rosita le ha dejado. 


¡Habráse visto semejante golfa! Ha tomado muchos tragos porque Rosita le dejó. Él no le teme a nada pero esta vez sí lloró. Rosita le perdona y tal, pero cuando le dicen que se tiene que casar con ella, Speedy sale corriendo. ¡Ándale, ándale, arriba, arriba!

Esto ya es otra cosa. Queda a salvo el honor de nuestro héroe. Sólo falta un beso de Rosita. Que le dan en esta versión demoniaca en forma de cumbia:



Mi recomendación es que visitéis la sección de comentarios, porque allí os enteraréis de que la chica que hace de Rosita en el videoclip es Laura Zúñiga Huizar. Qué mona, ¿eh? Pues resulta que unos meses después de rodar el vídeo fue detenida por narcotráfico, porque estaba relacionada con el cártel de Juarez. 

Vaya, vaya... Al final resulta que Speedy Gonzales era el bueno de la pareja...

lunes, agosto 01, 2016

Nuevos medios publicitarios

Me envió mi amiga Mariluz hace tanto tiempo que parece mentira, a ver si nos vemos, este ejemplo de nuevos medios publicitarios: la moto marquesina.



Molaría que el conductor pareciese vestido con el corsé desde detrás, ¿no?


lunes, junio 27, 2016

De los autores de Telechicle.com...

Es mentira, no son los mismos que los de Telechicle, pero la idea de vender perfumes 24 horas al día es similar.



Supongo que hacen su agosto en San Valentín, Navidades y demás.

O cuando te llevas a una churri a casa y descubres que hueles a choto.

viernes, junio 24, 2016

La hija del tiempo, de Josephine Tey

Aproveché una oferta de Kindle Flash para hacerme con "un clásico ineludible de las novelas detectivescas", según el New York Times, La hija del tiempo, de Josephine Tey.


La portada, regulera, ¿no?

Con franqueza, yo era escéptico. Tan clásico no será, pensaba yo, si no he oído hablar de ella en la vida. Lo cual demuestra que sé mucho menos de lo que creo que sé. La hija del tiempo es una novela deliciosa, que parece escrita sin esfuerzo a pesar de que el planteamiento me parece dificilísimo de resolver con éxito.

Alan Grant, el policía protagonista, está convaleciente en un hospital, sin poder moverse. Aburrido, se encuentra con un retrato de Ricardo III, el malvado monarca inglés, que le llama la atención porque sus rasgos no parecen los de un asesino, sino los de un santo (la novela está escrita en los años cincuenta, así que la fisiognomía no estaba mal vista). Grant decide investigar si Ricardo III asesinó a los Príncipes de la Torre o no. Y ahí están los dos grandes dificultades como novela policiaca: un misterio que sucedió hace cuatro siglos, por una parte, y un detective que no puede moverse.

 Nero Wolfe tampoco se movía de su casa, pero contaba con Archie Goodwin para llevar el peso de la acción en sus novelas. Grant también cuenta con un ayudante, Brent Carradine, que investiga los documentos históricos. Lo sorprendente de La hija del tiempo es que la acción nunca abandona la habitación del hospital: la investigación es al final una colección de conversaciones y lecturas de libros de historia... y a pesar de todo la autora consigue que sea trepidante, que se lea en un suspiro.

Con un planteamiento teatral, o muy de La ventana indiscreta, la autora lleva al lector con una facilidad insultante, como si escribir no costara ningún esfuerzo. Esa cualidad de contar las cosas con naturalidad sin caer en la simpleza es muy infrecuente y yo la aprecio más que cualquier otro estilo de escritura. Así te lo cuento (otras escritoras con la misma facilidad: Agatha Christie y mi idolatrada Connie Willis).

 Echadle un ojo. Estoy seguro de que no os va a decepcionar.

miércoles, junio 22, 2016

Anticuarios

Me fascinan desde hace tiempo estos carteles de un anticuario que están pegados en las farolas cerca de mi sacrosanto lugar de trabajo.


Qué lista de cosas tan extraordinaria. Más en la columna de la derecha que en la de la izquierda.

Porque en la de la izquierda está lo que uno esperaría que un anticuario tuviera interés: cuberterías, juegos de té, relojes de bolsillo... Quizá lo más intrigante es lo de Lingotes. Quién guarda lingotes. Yo no, que yo sepa. Pero habrá quién, claro.

En cambio la columna de la derecha está llena de cosas que disparan la imaginación. Cuadros y espejos me parece normal, y Alfombras de lana también. Me extraña ya lo de la Cerámica de Talavera, a la que yo nunca he dado mucha importancia porque yo tenía unos tíos que vivían en Talavera. Y sus platos no me gustaban nada.

Pero no me digas que no mola lo de Bastones de mando y paseo. Más los de mando que los de paseo. Los de paseo son muy Antonio Gala, claro, me imagino que cuando se muera ese hombre estos anticuarios tendrán palpitaciones y todo. Pero el bastón de mando... ¡Ah, el bastón de mando! Lo que habrá visto ese bastón.


Bastón de mando alemán.

Siguiendo con el tema, o allegados, Ropa militar, medallas y tal.

Cambio de tercio: Sábanas y mantelería de hilo. Yo, con franqueza, no sabía que esas cosas se llevaran al anticuario; tampoco me imagino a nadie yendo al anticuario a comprar manteles y sábanas. Qué poco higiénico, ¿no? Aunque lo laves. Será para coleccionar. La típica colección de sábanas. Tienes una mansión con dos mil camas y alguna sábana tendrás que poner.

Mantones de Manila. Más lógico.

Bargueños. Qué hallazgo, qué palabra tan bonita. Los bargueños son los muebles con muchos cajoncitos. Como este:


Un mueble que seguro que tiene compartimentos secretos, diarios que se han ocultado durante siglos, redomitas con veneno, manuscritos de Cortázar, un anillo místico, una invitación a la aventura.

Y abanicos. Los anticuarios buscan también abanicos.



Es muy de anticuario este vídeo, ¿eh? Madre mía qué viejo me hacéis. Un día tengo que hacer un análisis de este vídeo en condiciones, pero mientras fíjense en el desbordante entusiasmo de los espectadores del concierto a partir del minuto 1:44.

Es eterno el vídeo, ya lo sé.


lunes, junio 20, 2016

Aprende inglés, que la vida no lleva subtítulos

La vida, en general, no lleva subtítulos.

Os voy a contar una pequeña historia de hace algunos años. Rebeca Rus y yo nos íbamos de vacaciones por primera vez juntos (Cretácico superior) y elegimos Irlanda. Bajamos del ferry en Dublín y nos fuimos en busca del metro ligero, el DART, porque nuestro alojamiento estaba en las afueras de Dublín y nos habían dicho que había que coger el DART.

En aquellos tiempos no había muchas posibilidades de aprender inglés para gente modesta como nosotros. Lo que hubieras aprendido en la EGB. No es como ahora, que puedes encontrar muchas maneras de aprender en condiciones: por ejemplo, esta lista de cursos de inglés conversacional. Quiero decir con esto que nuestro nivel de inglés era justito. Nivel de haber aprendido desmenuzando canciones de los Modern Talking (#truestory)


 (Se les entendía mejor que a Van Morrison)

El caso.

Cogimos nuestras maletas y preguntamos a un señor cómo se iba a la estación del DART.

-¿A dónde vais? -nos preguntó.

Le entendíamos regular, francamente. Qué acento más raro tenía. Le explicamos que a la residencia de la universidad, que nos alojábamos allí, teníamos que tomar el DART y bla bla bla (intentamos pronunciar blah, blah, blah).

Nos dijo dónde estaba la estación del DART, pero nos dijo que mejor cogiéramos el autobús.

-Better dan de DART an de yuniversiti is onli faiv moils egüei.

Decía moils y no mails. Se recreaba en el moils. Claro, era irlandés.

Le dimos las gracias y fuimos a la estación del DART. Él nos acompañó diciendo que mejor cogiéramos el autobús. Mucho mejor el autobús. Estaba sólo a dos moils. Que cogiéramos el autobús. Era más barato. Las moils. El DART nos iba a dejar lejos. Coged el autobús. Ahí ya fue cuando nos dimos cuenta de que habíamos preguntado una dirección a un hombre que iba como una cuba. A lo mejor quería decir mails pero le salía moils, incluso.

Y venga a darnos la brasa (the brass). Y nosotros que apenas le entendíamos porque farfullaba como tu tío Antonio en las bodas, pero en inglés.

Total, que al final cogimos el puto autobús para que dejara de taladrarnos la cabeza. Y nos hicimos dos moils a pie porque la parada estaba a to take by the ass de la residencia. Pero vamos, que bien.

Ahora no nos pasaría. Habríamos ido sabiendo más inglés y nos habríamos dado cuenta de que ese hombre iba como una cuba. Y le habríamos evitado tras la primera frase. En fin. Que aprendáis inglés, niños. No os conforméis con ver series con subtítulos. Porque la vida muy raras veces lleva subtítulos.





domingo, junio 19, 2016

Diez consejos para escribir por fin tu novela

1. Deja de leer este post.

En serio, deja de leerlo. Mientras lees esto no estás escribiendo. A menos que seas yo escribiendo este post, que entonces sí, lees y escribes a la vez. Aunque no es una novela, sino un post.

Escribe, coño.

Deja de buscar trucos por ahí. No los vas a encontrar. O sí, pero en realidad son todos el mismo: escribe de una puta vez. Déjate de excusas, de chorradas, de rituales, de ver cómo escriben los demás, de averiguar cuál es el mejor procesador, de qué tipo de ambiente crear en tu despacho, porque lo que estás haciendo es procrastinar, nada más.

Está bien, todos lo hemos hecho, es comprensible. Yo lo estoy haciendo ahora mismo. Debería estar con el capítulo seis de una novela que tengo a medias, pero no, aquí estoy, dando consejos a escritores para que acaben su novela. Y la casa sin barrer.

Y sé que estoy no va a parar aquí. Cuando termine este post me pondré a buscar fotos de Gigi Hadid. Quizá escriba un artículo sobre Gigi Hadid y por qué es mejor que Bar Refaeli. Lo que sea con tal de no enfrentarme a esa novela. Y fatal. Porque leyendo sobre Gig Hadid no estás escribiendo. Leyendo consejos sobre cómo escribir no estás escribiendo. Compartiendo este artículo en Facebook no estás escribiendo. Piensas que te resulta útil, y sí, en cierta manera. Pero no estás escribiendo, no hay más.

Escribe.

Ahora.

Ahora mismo.

Abre lo que tengas a mano y ponte a escribir. Sin excusas.

De nada. Mándame la novela cuando la publiques.

2. ¿Pero todavía estás aquí? 

Mecagontoloquesemenea. Como saque el palo te voy a calentar el lomo a base de bien. Que escribas, coño. Que escribas. Yo me pongo ahora mismo. En cuanto le dé al botón de Publicar el post.


Gigi Hadid no me deja escribir. Qué mala es. Qué mala.

domingo, mayo 22, 2016

Almohada eléctrica

Seguramente conozcan ustedes la historia del nombre de los automóviles Mercedes. La Historia, o la leyenda, nos cuenta que los automóviles Daimler eran distribuidos por un austriaco llamado Jellinek, que anotaba los coches con el nombre de su hija, Mercedes, y que consiguió la distribución exclusiva de la marca cambiando el nombre de Daimler a Mercedes, evitando así diversos problemas legales.

Sea verdad o no, aunque yo creo que la Wikipedia no miente nunca, hagamos un juego de agudeza visual. En menos de diez segundos, ¿cómo crees que se llama la mujer del fabricante de esta almohadilla eléctrica cervical?



¿Estará esta buena señora leyendo Toda la verdad sobre las mentiras?

Si has respondido que su mujer se llama Cervical, creo que te equivocas, pero tienes sentido del humor, enhorabuena.

En el Cerdo agridulce estamos muy a favor de que en los anuncios aparezca gente real si no puede salir Bar Refaeli o Gigi Hadid, así que por supuesto estamos rabiosamente a favor de esta señora que protagoniza el uso del producto en el salón de su casa, con ese maravilloso tapizado de sofás que logra que cualquiera de nosotros se pueda sentir identificado. Y naturalmente también estamos a favor de que protagonice el resto de productos de la gama, como esta almohadilla eléctrica rectangular que incita a posar en alguna posición sexy:



¿No odiáis cuando le dan tanto Photoshop a las fotos que las hacen irreconocibles? Esta era la foto original:


Qué pies más feos, sí, yo también me he fijado. Así no hay manera de vender almohadillas.


miércoles, abril 13, 2016

El caso de la mano perdida, de Fernando Roye

La editorial Sinerrata me proporcionó gentilmente un ejemplar de El caso de la mano perdida, de Fernando Roye. El resumen de lo que voy a contaros ahora es que me ha gustado y que deberíais comprarlo.


Como sucede en El secreto de las abejas, de Carlos Laredo, El caso de la mano perdida es una novela policíaca protagonizada por un peculiar guardia civil (es curioso cómo hemos ido recuperando a los agentes de la Benemérita como protagonistas de las novelas negras de nuestro país en lugar de como siniestros enemigos; el mérito primero, desde luego recae en Lorenzo Silva y su Bevilacqua). Pero los parecidos terminan ahí. Fernando Roye propone una historia más dura, ambientada en los primeros años del franquismo -hay incluso un cameo del Generalísimo- en el que no hay tanto humor y en cambio hay una crítica social que roza la amargura. Como sucede en otras obras de este subgénero que han empezado a llamar "rural noir", el paisaje es en gran medida metáfora de lo que sucede y marca el estilo de la novela; El secreto de las abejas transcurría en Galicia; este, en cambio, se ubica en un pueblecito de Sierra Morena.

El sargento Carmelo Domínguez, el "sargento hechizado" es un personaje que me parece redondo. Un padre de seis hijos, marido chapado a la antigua, que intenta trabajar lo menos posible y que tiene extrañas intuiciones -que quizá sea lo que menos me gusta de la novela; alguna deducción no está del todo razonada y hay que atribuirla a una "intuición"- que le permiten resolver los casos a los que se enfrenta.

Es también interesante el personaje que hace de Watson (para entendernos), el tiernísimo agente Benito Viedma, un joven con la cabeza llena de pájaros aficionado a las novelas policíacas, que supone un buen contrapunto con el veterano sargento.

Hay ya una segunda novela del sargento Domínguez y tengo mucha curiosidad por ver cómo evoluciona el personaje.

viernes, abril 01, 2016

Joyas de la Wikipedia: Cohecho

El cohecho es un soborno a una autoridad pública, ponte un juez, un alcalde, etcétera para que te favorezca. Por si no lo has entendido, te ponemos una imagen, una imagen simbólica, sutil, elegante:



Está marcándose un egipcio en toda regla, a pesar de que en realidad la expresión es más latina que egipcia. De hecho si te fijas en el párrafo en el que alude a la Antigua Roma puedes leer esto:

Ya, yo tampoco he entendido nada. No he cortado nada, es el tema completo, así sin anestesia ni notas a pie de página que te den alguna pista sobre a qué viene eso. Intrigas. Por qué dirá eso, qué intriga, valga la redundancia. Qué críptico mensaje estarán dando sin que nosotros nos demos cuenta. Qué dolor de cabeza. Por eso vuelvo a mirar la foto, que me reconforta porque la entiendo ferpectamente, y me pregunto de qué foto estará recortada:
Alguien necesita más práctica con la Herramienta Lazo, ¿eh?

¿Qué sentido tiene siluetear esta foto si no es para que no sepamos cuál es el lugar y circunstancias en las que se produjeron el cohecho o su representación simbólica? ¿El Real Madrid amañando el sorteo de Champions? ¿Carmena aprobando los trajes de los Reyes Magos? ¿Dios recibiendo el pago de uno de mis archienemigos a cambio de joderme la vida?

lunes, marzo 21, 2016

Es cosa de lerdas

Vas paseando y de pronto te encuentras con esto:


Ah, el misterio. Cómo nos gustan los misterios en esta santa casa. Más que a un tonto un lápiz. De dónde vendrá esa expresión de los lápices y los tontos, cuál será la reacción. El caso. ¿Qué es cosa de lerdas? En Tuiter no tenemos pista, sólo hay este mensaje con ese hashtag:
A lo mejor es un hashtag fallido. A mí me ha pasado a veces. Escribes un hashtag pensando que lo vas a petar y pasa desapercibido porque a Edans no le interesa y no lo retuitea. Y tu gozo en un pozo.

A lo mejor no hay que buscar en Tuiter sino en Instagram. Pero no vas a encontrar nada, ya he mirado.

¿Te imaginas que en realidad querían escribir #escosadenerds , que sí que hay muchas cosas y han fallado? Eso sí que sería de lerdas. O de lerdos.

Yo prefiero pensar que es un hashtag que se va a repetir en las paredes del barrio, y que mañana encontraré otra pintada con el mismo hashtag, en una especie de red social analógica que vive de la nostalgia de cuando no había Tuiter en nuestra vida.

También es posible que el lerdo sea yo y el hashtag sea #cosadelerdas y tenga más cosas. Todo es posible, qué mundo tan hermoso este.

jueves, marzo 10, 2016

Han salvado nuestro matrimonio

He visto este banner y le he hecho captura de pantalla porque me encanta:




Un matrimonio que llevaba durmiendo en cuartos separados 10 años. Era una lenta, muy lenta, lentérrima agonía. Si no llega a ser por Snorestopper ese matrimonio habría durado como mucho 25 años más.

El señor que sonríe no sé si es un médico o el marido (que puede ser médico).

miércoles, marzo 09, 2016

Qué cosas habrán visto esos ojos



Parece un mensaje lleno de calma, sereno y mesurado, pero entre líneas se puede distinguir una terrible angustia y desesperación.

domingo, febrero 28, 2016

Cajas fuertes

López e Hijos es una empresa familiar (¡nunca lo hubiéramos sospechado!) dedicada a la venta de cajas fuertes, como se puede ver en el dibujo pintado en la fachada de su local:


A riesgo de parecer un patán y un ignorante en el tema de las cajas fuertes (que lo soy), ¿eso no se parece más a una moto que a una caja fuerte? A lo mejor hay cajas fuertes con forma de motos, ya digo que no soy un experto. O a lo mejor este tipo de motos se llaman cajas fuertes, igual que otras se llaman chopped, que a simple vista es igual de raro. ¿Qué tendrá que ver un ingenio mecánico con el fiambre?

Pero bueno, yo en realidad venía a hablar de otra pintura en la pared de López e Hijos, un anuncio maravilloso por el que no pasan los años:


En realidad sí pasan, claro. Me hace gracia la ingenuidad del anuncio, como si ahora los niños no vieran la televisión por otros medios, con los móviles, las tablets o robando televisiones de las tiendas tras romper un escaparate aprovechando una turbamulta provocada por los disturbios provocados por la represión policial en un barrio marginal.

Aunque claro, no sé cuánto puede llevar ahí este anuncio, pero si nos fijamos en las rodilleras del niño y en las antenas de la televisión que transporta la madre, y en el mono que viste, o está hecho en los años 80 o al menos ambientado en esa época. Y eso siempre es bonito. Porque los ochenta molan, está científicamente demostrado.


martes, febrero 23, 2016

Una tienda condenada al fracaso

Algo había que me retraía de entrar en la tienda, algo inexplicable, que no podía definir.




jueves, febrero 18, 2016

Prohibido fijar carteles

No sé si a ustedes les pasaba lo mismo que a mí, que flipaban con ese mensaje que estaba rotulado en muchas paredes: PROHIBIDO FIJAR CARTELES. RESPONSABLE LA EMPRESA ANUNCIADORA.

Pero a ver qué les parece esto:



Pegar un cartel de Prohibido fijar carteles y al lado una impresión de una foto de un cartel de Prohibido fijar carteles. Metacartelismo. La historia dentro de la historia, las autorreferencias, los episodios de El Ministerio del Tiempo, los gags de Aterriza como puedas, la foto que encontré el otro día:


Los guiños. Cómo disfrutamos en este blog de los guiños, si no se han convertido en un tic.

martes, febrero 16, 2016

The Secret, de J.J Abrams y Doug Dorst

El chico de oro de la televisión y el cine, J.J. Abrams, ha sacado una novela. O ha colaborado para sacar una novela, porque me imagino que el de verdad la ha escrito es el otro que firma The Secret, un tal Doug Dorst, del que yo personalmente no había oído hablar.

El caso. El libro es fascinante, y os lo digo sin leerlo siquiera. Basta con hojearlo:



Es una preciosidad, en efecto. Simula un libro de biblioteca obra de un tal VM Straka sobre un misterioso barco con una tripulación demoníaca. Un libro que ha pasado por las manos de dos lectores, que han subrayado fragmentos y anotado frases en los márgenes, y que se comunican a través del libro. Al libro se añaden además pequeñas piezas que los lectores han ido metiendo entre sus páginas: postales, recibos, anotaciones en servilletas de papel...

Así que al mismo tiempo tenemos una novela independiente y una novela construida sobre la relación de dos lectores de la novela. Es una idea tremenda que habrían firmado sin dudar Italo Calvino o Julio Cortázar, editada de una manera excepcional, un derroche de imaginación y medios. Libro para conservar durante años y un regalo estupendo, ¿no?.

lunes, febrero 08, 2016

El ambiente del Times

Mira qué chulo.



El Times es un puticlub. Una whiskería, como se llaman en el barrio.

¿Te imaginas que vas con la idea de tomarte una copita en un sitio agradable y con muy buen ambiente, que sospechas que es un bar de tipógrafos por el nombre, y de repente te das cuenta de que es uno de esos lugares que tu madre decía que no había que frecuentar?

¿Y ahora qué?

viernes, febrero 05, 2016

Anti cucarachas

No sé quién me pasó esto, hace ya mucho tiempo:



Esto hace unos años habría sido un oro en Gráfica en Cannes si lo hubiera hecho un brasileño. Que había hecho tres ejemplos: uno de una cucaracha ahorcándose, otro de una cucaracha con la cabeza en el horno y otro de una cucaracha saltando del alféizar de la ventana.

miércoles, febrero 03, 2016

Homenaje a uno mismo

El amor empieza por uno mismo.



¿Le está haciendo una chicuelina a la bandeja de tapas? ¿Es eso una chicuelina o no tiene nada que ver? Yo es que de toreo no sé nada, pero vamos, ¡que te va a a pillar, Manolete!

lunes, febrero 01, 2016

Tinder en los parabrisas

"No tengo varilla de aceite", poníamos antes en los coches.

Pero la cosa ha cambiado mucho:



Cualquier medio puede ser Tinder si lo usas correctamente.

jueves, enero 28, 2016

¿Es esta la mejor foto de la Historia?

Era una pregunta retórica: sí lo es.

Estaba yo cumpliendo mi promesa de hace unos meses de documentarme sobre las rusas, porque yo soy el típico tío que siempre cumple sus promesas, cuando me encontré con esta joya.




Robert Capa habría dado su mano por poder hacer esta foto (la mano con la que no apretaba el botón de la cámara).

La chavala del #vestidorojo se llama Olesya Malinskaya y dice que es diseñadora de moda (podéis echar un vistazo pero os advierto de que es los vestidos son muy rusos y mucho rusos). Qué bonito vestido, qué pelazo, qué tetas y qué culo (que hay que decíroslo todo). Ya, podría fingir que no me he fijado, pero yo soy un hombre sincero de donde crece la palma.

Pero lo interesante, no sé si lo han visto ustedes, está detrás de ella, siguiendo la línea de la alfombra. Vamos a hacer zoom manual, es decir, voy a recortar la foto.



Efectivamente. Dos señores de avanzada edad mirando estupefactos a Olesya. Uno con andador, la otra con el brazo en cabestrillo, los dos con cara de "Qué está sucediendo en este país últimamente". Igual él un poco más con cara de "Ojalá tuviera doscientos años menos".

Me he puesto a fantasear con que ellos forman parte del Consejo de Residentes del que hablábamos el otro día y ella es la artista invitada. ¿Te imaginas al abuelo enseñándole una foto a los nietos? "A esta la he recibido yo". Sería muy bonito.

lunes, enero 25, 2016

Consejo de residentes

Esta todo muy bien explicado en el cartel:



El Consejo de Residentes está formado por ancianos de la residencia, naturalmente. Quiero decir: no es parte institucional de la residencia, sino un grupo que trata de mejorar la vida de los viejos allí.

Debo estar blandito, porque me ha conmovido un poco.

Me han producido ternura casi todas sus funciones, como la de Entregar la carta de bienvenida a los nuevos ingresos, o la de Ir a control para informarse sobre posibles problemas, que parece casi una manera de mantenerse entretenido. He sonreído con esa arrogancia típica de los que aún somos jóvenes, o más bien no somos viejos, al leer las actividades de ocio programadas: Bingo, Cine y Baile. Qué gilipollas somos por despreciar las aficiones de los demás sólo porque nos resulten ajenas. Nosotros que dedicamos nuestro tiempo a Tuiter y a subir fotos de hamburguesas a Instagram.

Me ha dado pena, y un poco de angustia, el primer punto: control de ingresos, bajas por fallecimientos. Está tan cerca la muerte en una residencia de ancianos, y la decadencia, que es casi como una muerte lenta, que es lo primero que se considera.

Y he deseado que vayan muchos artistas, muchos, para hacer frecuente el punto número cinco: que los del Consejo puedan recibirlos y acompañarlos; que se sientan útiles y orgullosos y que luego puedan decir a sus hijos y sus nietos que conocen a tal o cual artista, que era muy amable y muy humilde. Y que esas tardes -siempre me imagino a los artistas yendo por la tarde- sean un momento emocionante para ellos, que les hagan pensar que vivir aún merece la pena.


martes, enero 19, 2016

El secreto de las abejas, de Carlos Laredo

Había oído hablar del cabo José Souto, alias cabo Holmes, un cabo de la guardia civil destinado en la Costa de la Muerte gallega, y quería conocerlo. Ya lo he hecho y ha sido un verdadero placer. El secreto de las abejas, que me proporcionó gentilmente la editorial Sinerrata a través de Javi de Ríos, es su tercera aventura, tras El rompecabezas del cabo Holmes y La decepción del cabo Holmes.

Mi valoración a bocajarro por si no queréis leer más: está muy bien y estáis perdiendo el tiempo en haceros con un ejemplar.



Y ahora vamos a hablar de ella en detalle.

El protagonista es un cabo gallego de la guardia civil que lee muchas novelas policíacas.  Hago hincapié en esto último porque debe coincidir con el autor. Se nota la influencia, para bien, de muchos autores. Es inevitable acordarse, por la propia naturaleza del personaje, con Domingo Villar y su inspector gallego Leo Caldas, con el que el cabo Holmes comparte escenario; tenemos también a Lorenzo Silva y sus guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, con los que comparte cuerpo; y tenemos a García Pavón y su Plinio, con los que comparte el escenario del pueblo diminuto, con sus peculiaridades de pueblo diminuto.

Pero si tuviera que comparar las aventuras del cabo Holmes con algún autor sería con Andrea Camilleri (hay un momento en la novela, de hecho, en el que Holmes está leyendo una aventura de Camilleri). Con Camilleri y su Montalbano comparte el ambiente rural y sobre todo el humor socarrón que recorre sus páginas, que es quizá lo más interesante de la novela: aparte del misterio policiaco hay una retranca continua que hace su lectura realmente muy divertida.

El autor logra retratar, igual que Camilleri, un escenario muy realista en el que los personajes están vivos: personajes bien dibujados -qué importantes son los personajes, no me canso de decirlo por muy obvio que sea-, con un pulso firme, en el que hay ineptos y vagos y perfeccionistas y gente que bromea y personas que se emocionan. Todos orbitando alrededor del cabo Holmes, un hombre peculiar de ideas aparentemente peregrinas en torno al que se aglutina la narración; es tan fuerte el influjo del cabo Holmes que a su lado algunos personajes parecen más débiles. Me pregunto si no necesita el cabo Holmes un Watson que dé contrapunto al personaje y no obligue a que todo gire a su alrededor

La novela es más policíaca que negra. De ingenio más que de acción, al viejo estilo de las novelas-problema. Si el truco de la novela negra clásica para resolver un misterio es moverse mucho e ir empujando al lector para que no reflexione, en el caso de El secreto de la abejas el truco es plantear hipótesis verosímiles constantemente para impedir que el lector encuentre el descanso suficiente para saber cuál es la pista verdadera y cuál la falsa.

En esto el autor es muy hábil, casi como un trilero (aunque no hace trampas, como pide la novela policíaca ortodoxa; todas las cartas están sobre la mesa). Se le nota que disfruta (yo también) con estos juegos tan de la tía Agatha, y crea una astuta trama en torno a lo que parece un robo de un banco corriente y moliente, muy bien trabada, que se resuelve con un truco de ilusionista (lo digo como piropo).

Uno acaba la historia, que se lee muy rápidamente, con muy buen sabor de boca y con el deseo de conocer más casos del protagonista. No hay mejor prueba del éxito de una novela policíaca, puro entretenimiento en su esencia, que esta.

En resumen: muy recomendable. Seguiremos de cerca al cabo Holmes y su evolución.

jueves, enero 07, 2016

El perro Mistetas

Gracias a un tuit llego a un artículo de la Wikipedia dedicado al chiste del pero Mistetas en el que te explican el chiste pero no mucho tampoco. No llega a destriparse, es más como el cuñado que repite el gag:


Lo que sí está muy bien es que ponen una foto para ilustrar el artículo:



Una mujer pasea a su perro. ¡Pero no sabemos si ese perro se llama Mistetas! La mujer oculta su rostro con uno de esos sombreros que se han puesto de moda, puede que porque le dé vergüenza estar en un chiste verde (la Wikipedia dice que es un chiste verde, sí). En cualquier caso es un poco absurdo porque ahí el perro AÚN ESTÁ, no ha desaparecido. Es una escena previa al chiste, o al menos en su prólogo. ¿No debería salir una chica que está desesperada porque ha perdido al perro? O un guardia. O una chica que te pregunta: ¿Ha visto a Mistetas?  y tú puedas contestar: No, pero me gustaría verlas.



Milú jugando con Bar y su media. Maldito perro afortunado...
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